10 consejos de los expertos antes de criar con jilgueros - Articulo numero: 1317

El pajaro Jilguero presenta una longitud de 11-13,5 cm, una envergadura de 21-veinticinco con cinco cm, un peso de 14-diecinueve g y una longevidad de siete a diez años (en cautividad) El pajaro jilguero europeo presenta una cabeza tricolor con máscara facial roja y alas negras con franja amarilla.

El plumaje de un pajaro jilguero adulto se caracteriza por una cabeza muy distintiva y conspicua, con aspecto tricolor, máscara facial roja, y dibujo cefálico blanco y negro. El pico es habitual y amoldado a su alimentación. Cónico, esbelto, afilado, de color pálido. Por otra parte, el cuerpo en la parte delante es blanquecino, bordeado de ocre, al tiempo que la parte posterior marronácea.

El ala muy distintiva y conspicua, tanto con el ave posada, como en vuelo. Negra, con ancha franja alar amarilla; manchas blancas en la punta de las rémiges de tamaño variable, dependiendo del desgaste. La cola es negra, escotada, presentando rectrices con puntas blancas.

El plumaje juvenil presentan alas idénticas a los adultos, una cabeza y cuerpo gris pardo uniforme y moteado. Adquiere el habitual dibujo cefálico tricolor tras la primera muda parcial en otoño. Existen también plumajes intermedios, los cuales son indistinguibles del adulto excepto con el ave en mano, en cuyo caso, dependiendo de la época y el ciclo de muda, se aprecia por rémiges, cobertoras alares y rectrices.

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El macho y la hembra del jilguero son muy similares, apenas existe dimorfismo sexual. Con el ave en la mano, o bien en condiciones de observación muy favorables, el macho presenta mayor cantidad de rojo en la cara, y plumillas nasales normalmente más oscuras. La alteración estacional es inexistente, no obstante, el desgaste progresivo del plumaje, reduce (e incluso elimina) las puntas blancas de rémiges y rectrices, recuperándolas tras la muda completa postnupcial.

Debido a su cabeza tricolor, y a su conspicua coloración alar, resulta inconfundible con otras especies. Los ejemplares juveniles pueden inducir a cierta confusión con hembras y también inmaduros de otros fringílidos marronáceos, mas solo en el caso de que la observación no incluya el ala.

Los ciclos de muda en juveniles es parcial durante el verano, mientras que en adultos la muda es completa también a lo largo del verano.

El jilguero europeo se distribuye a lo largo del paleártico occidental. Acostumbra a habitar lindes de bosques, sotos, campiñas, zonas agrícolas, parques, jardines, huertos, frutaledas y, generalmente cualquier zona herbácea, de manera especial si existe abundancia de cardos (alimento predilecto de la especie); la clave es presencia mínima de arbolado. Cría sin contrariedades en pueblos y ciudades.

Muestra predilección por ambientes calurosos, siendo menos frecuente observarlo conforme aumenta la altitud. Ha sido convocado en los Alpes suizos a dos mil cuatrocientos m s. n. m.; en los Pirineos catalanes a 2000 m s. n. m., y en Sierra Nevada a 1850 m s. n. m..

Su predilección por las plantas ruderales, en especial cardos y centaureas, explica las altas abundancias de jilgueros en vegas y olivares, hábitats que aportan árboles para emplazar el nido, y terrenos despejados donde buscar semillas.

En migración resulta omnipresente. En invierno también frecuenta yermos y otras zonas abiertas aunque no estén arboladas.

En general suelen criar un par de veces a lo largo de un año. La primera puesta comienza a mediados de marzo o bien principio de abril. La segunda puesta se efectúa a continuación de la primera. Extrañamente se producen 3 puestas.

La puesta consta de 5 o bien 6 huevos de color blanco con finas manchas rojizas. La incubación dura entre doce y trece días, período en el que habitualmente el macho alimenta a su pareja en el nido. El nido, construido casi solamente por la hembra, tiene agapornis personata forma de copa y se instala en las horquillas de las ramas más altas de algunos árboles o arbustos.

Los polluelos, que son nidícolas, abandonan el nido y se independizan de los progenitores a los quince días más o menos, alcanzan el plumaje definitivo tras la muda otoñal.

El jilguero europeo se comporta como parcialmente migrador. Las poblaciones norteñas migran al sur; los cuarteles de invierno se ubican en la zona mediterránea. Las poblaciones meridionales pueden ser sedentarias, errantes, e inclusive migradoras cara el norte de África. La migración es diurna, en grupos más o menos numerosos. El paso migratorio es prolongado; el grueso de la migración otoñal se genera entre septiembre y noviembre; el de la primavera se produce entre febrero y mayo.

En zonas como España se considera un migrador parcial, recibiendo invernantes procedentes de Centroeuropa; el paso otoñal se produce sobre todo en octubre y noviembre, y la vuelta transcurre entre marzo y mayo.

Los individuos ibéricos semejan abandonar mayoritariamente muchas de sus localidades de cría para desplazarse al norte de África, dando lugar a una increíble concentración otoñal en el estrecho de Gibraltar, donde resulta ser el fringílido más rebosante en migración al unirse con migradores más norteños; en este sentido se han citado muy altas densidades al sur de Cádiz del orden de sesenta y cinco aves por cada diez hectáreas.

Genéticamente se ha definido la especie parental existente del jilguero común (Carduelis carduelis). Es el Carduelis citrinella el que probablemente dio sitio a estos jilgueros comunes eurasiáticos en las islas del Mediterráneo, en la llamada Crisis Mesiniense, cuando el mar Mediterráneo se hallaba casi seco y era un conjunto de charcos salinos de mayor o bien menor profundidad.

Las aves son animales vertebrados, de sangre caliente, que pasean, brincan o se mantienen solo sobre las extremidades posteriores, al paso que las extremidades anteriores han evolucionado hasta convertirse en alas que, al igual que muchas otras peculiaridades anatómicas únicas, les dejan, en la mayor parte de los casos, volar, si bien no todas vuelan. Tienen el cuerpo cubierto de plumas y, las aves sensu stricto, un pico córneo sin dientes. Para reproducirse ponen huevos que incuban hasta su eclosión.

Su grupo taxonómico se denomina clase Aves (la palabra es latina y está en plural, en singular sería avis)4​ para la sistemática tradicional, pero en la sistemática filogenética actual este clado no tiene rango, y es incluido por su parte sucesivamente en los clados: Theropoda, Dinosauria, Archosauria, Sauropsida, Tetrapoda, etcétera, aunque hay más anidamientos intermedios con denominación.

Las aves se produjeron desde dinosaurios carnívoros bípedos del Jurásico, hace entre ciento cincuenta y doscientos millones de años y, en verdad, son los únicos dinosaurios que sobrevivieron a la extinción masiva producida al final del Mesozoico. Por tanto, la sangre caliente, que es la característica más notable que comparten con los mamíferos, es un resultado de evolución coincidente, puesto que no hay un ancestro común a los dos grupos que tuviera este rasgo. Su evolución dio sitio, tras una fuerte radiación, a las más de diez mil especies actuales ​(más 153 extintas en tiempos históricos).​ Las aves son los tetrápodos más diversos; no obstante, tienen una gran homogeneidad morfológica en comparación con los mamíferos. Las relaciones de parentesco de las familias de aves no siempre pueden definirse por morfología, pero con el análisis de ADN empezaron a esclarecerse.

Las aves habitan en todos y cada uno de los biomas terrestres y asimismo en todos y cada uno de los océanos. El tamaño puede ser desde 6,4 cm en el colibrí zunzuncito hasta 2,74 metros en el avestruz. Los comportamientos son diferentes y notables, como en la anidación, la alimentación de las crías, las migraciones, el apareamiento y la tendencia a la asociación en grupos. La comunicación entre las aves es variable y puede implicar señales visuales, llamadas y cantos. Algunas emiten gran diversidad de sonidos, y se destacan por su inteligencia y por la capacidad de transmisión cultural de conocimientos a nuevas generaciones.

El ser humano ha tenido una intensa relación con las aves. En la economía humana las aves de corral y las cinegéticas son fuentes de alimento. Las canoras y los loros son populares como mascotas. Se usa el plumón de patos y gansos domésticos para rellenar almohadas, y ya antes se cazaban muchas aves para ornamentar sombreros con sus plumas. El guano de las aves se emplea en la fertilización de suelos. Ciertas aves son reverenciadas o rechazadas por motivos religiosos, supersticiones o por prejuicios erróneos. Muchas son símbolos culturales y referencia usual para el arte. En los últimos quinientos años se han extinguido más de ciento cincuenta especies a consecuencia de actividades humanas, y, en la actualidad, son más de mil doscientas las especies de aves amenazadas que precisan sacrificios para su conservación.

Los loros se caracterizan por tener un pico encorvado, con una mandíbula inferior con determinada movilidad en su conexión con el cráneo y ubicada en una situación bastante vertical. Además de esto tienen una enorme capacidad craneal y son uno de los conjuntos de aves más inteligentes. Son aves que vuelan bien y son capaces de sujetarse a las ramas de los árboles y escalar por ellas con destreza, merced a sus garras prensiles zigodáctilas (con dos dedos hacia delante y dos hacia atrás).

Otra característica de los papagayos es la intensa coloración de su plumaje. El color predominante del plumaje de los loros es el verde, aunque la mayor parte de las especies tienen además algo de rojo, azul, amarillo y otros colores en diversas cantidades. La coloración de las plumas de los loros se debe tanto a los pigmentos como a estructuras singulares de sus plumas, como la textura de Dyck, que dispersan la luz produciendo la aparición de colores como el azul (componente fundamental del verde). Se distinguen de sus familiares las cacatúas en que carecen de sus característicos penachos eréctiles en la cabeza. Asimismo difieren de ellas en las tonalidades del plumaje, las cacatúas son predominantemente blancas o negras, y si bien también pueden presentan colores rosados, colorados, amarillos o bien anaranjados, las cacatúas carecen por completo de los tonos verdes y azules en sus plumajes.

La mayoría de los loros habituales se alimentan principalmente de semillas. Hay algunas alteraciones individuales entre especies que además incluyen en su dieta frutos, hojas, insectos y otras pequeñas presas ocasionalmente. Los loris son predominantemente nectarívoros, si bien otras especies también consumen néctar esporádicamente.

Los miembros de Psittacoidea son especies predominantemente monógamas que acostumbran a anidar en cavidades, tanto de los árboles como en túneles escavados en terraplenes.

Algunas especies pueden imitar gran diversidad de sonidos, incluyendo la voz humana, aunque no tienen cuerdas vocales sino usan un órgano ubicado en la base de la tráquea conocido como siringe.

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El periquito mide alrededor de 18 cm de la cabeza a la punta de la cola, y pesa cerca de 35 g. La variedad silvestre tiene las partes inferiores de color verde claro llano, con la cabeza amarilla con un característico listado negro en su parte trasera, de la misma manera que el resto de las partes superiores del cuerpo y alas, aunque con fondo verde amarillento. En cambio su garganta y frente son de color amarillo plano, con una pequeña mácula morada en la mejilla y 3 motas negras enmarcando cada lateral de base de la garganta. Su cola es de color cobalto con máculas amarillas en el centro de las plumas laterales. Las plumas de vuelo de las alas son negras y verdosas, y sus coberteras negras con bordes amarillos, y tienen máculas amarillas en el centro que solo se ven cuando despliegan las alas. Posee el pico muy curvado hacia abajo de color gris verdoso, y patas grises azuladas zigodáctilas, con 2 dedos hacia delante y 2 hacia atrás, que les facilita trepar por los árboles y alimentarse de semillas.

Los periquitos silvestres en su hábitat natural de Australia son de forma notable más pequeños que los que se hallan en cautividad. Además de esto los criadores de esta especie han conseguido multitud de colores y capas de periquitos (ejemplos: azul, gris, gris-azul, pios, violeta, blanco, amarillo, amarillo-azul) aunque la mayor parte de los que se encuentran en las tiendas de mascotas son azules, verdes y amarillos. Como en la mayoría de especies de loros el plumaje del periquito es fluorescente bajo la luz ultravioleta. Este fenómeno probablemente está relacionado con el cortejo y la selección de pareja.​ Como muchas aves los periquitos tienen visión tetracromática, aunque para que funcionen las cuatro clases de conos simultáneamente se precisa la presencia de todo el fantasma de la luz solar.​ El espectro ultravioleta hace brillar sus plumas, lo que ayuda a atraer a las parejas. Las motas de su garganta reflejan la luz ultravioleta y podrían emplearse para distinguir individualmente a cada periquito.

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